jueves, 8 de noviembre de 2007

Wooorales

Tengo que darle la razón a Roberto.

Yo pensé que en una época en la que hasta el estéreo de mi carro tiene bandeja de entrada, dar clases de computación sería de lo más sencillo.

Error garrafal.

Me topé con que varios de mis alumnos pueden configurar y flashear sus teléfonos celulares con los ojos cerrados, pero que se bloquean mentalmente si les pido que seleccionen un texto en Word y le cambien el tipo y tamaño de letra.

Otros pueden envíar 20 SMS de 160 palabras en un minuto, pero se tardan media hora para transcribir veinte líneas de su cuaderno a un documento en blanco y no diré nada de los que abusan del derecho de plantear sus dudas.

Para colmo, ahora resulta que debo también enseñar español y ortografía a mis alumnos ya que ninguno tenía idea de lo que era la sangría, para qué sirven los márgenes, qué es el doble espacio y otras cosillas que a algunos nos gusta ver reflejados en un trabajo, al menos como muestra de cultura general.

Se nota que el sistema educativo básico en el país está por los suelos. Lástima por el futuro de México.